La crisis económica y sanitaria de COVID-19 ha vuelto a centrar la atención en la inconstancia de los flujos de capital y en la necesidad de contar con un conjunto de herramientas de políticas adecuado para gestionar los riesgos que se derivan de estos flujos, maximizando al mismo tiempo sus beneficios.
Un taller virtual organizado por el Banco de Inglaterra, Banque de France, el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destacó los riesgos que surgen del panorama cambiante de los flujos de capital global y la necesidad de mayores esfuerzos internacionales para abordar entre ellos, la ampliación del perímetro regulatorio.
Flujos de capital durante la crisis del COVID-19
En comparación con episodios anteriores de tensión financiera, la parada repentina de los flujos de cartera hacia los mercados emergentes en respuesta a la pandemia de COVID-19 parece ser particularmente pronunciada. Las salidas récord de capital llevaron a tipos de cambio depreciados, mayores costos de financiamiento y acceso limitado a financiamiento externo en muchos mercados emergentes. Las economías avanzadas, incluidas algunas de la zona del euro y Japón, también experimentaron importantes ventas de activos de cartera por parte de no residentes en marzo de 2020.
Fuente: FMI